Tiempos Recios
RECIO: Duro, difícil de soportar...
Victor Reyes Moris
5/22/20255 min read


TIEMPOS RECIOS
Por: Víctor Reyes Morris.
Sociólogo, doctor en Sociología jurídica.
Ex concejal de Bogotá, Exrepresentante a la Cámara
Ex Director de ICETEX.
Profesor (Pensionado) Universidad Nacional de Colombia
RECIO: Duro, difícil de soportar. (Diccionario RAE).
Este título puede entenderse como un homenaje a la memoria del escritor peruano Mario Vargas Llosa, que así tituló una de sus obras, referida a la conspiración y derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, líder progresista, de avanzada, de Guatemala a mediados del siglo XX. Vaya también el homenaje a ese coloso de las Letras, Vargas Llosa, pero también un a solicitud de préstamo de las 2 palabras para referirme a cosas que están pasando en este mundo actual y en este territorio-esquina de Suramérica.
1.El mundo planetario Tierra, autodenominado así, anda convulsionado. Las reglas de juego que parecían relativamente consolidadas, después de un largo proceso que viene desde la segunda postguerra, ha sido pateado el tablero de juego por un nuevo habitante dela Casa Blanca, que como bien se sabe es la sede de gobierno de la mayor potencia mundial hasta ahora, USA. Se ha encargado el Presidente de ese país de declarar enemigos a todos los demás países, con la amenaza de altos aranceles para los productos que ese país importa de otros países. Nadie se salva. Una guerra económica declarada que recuerda la vieja política, y se asemeja mucho, al Big Stick, política del Gran Garrote, o palo para todo el mundo. Esto hace que los antiguos aliados de la Gran Potencia, desconcertados, no logran precisar el propósito y si son o no son aliados. El argumento es que todos “se han aprovechado de la infinita bondad del Tío Sam y se han enriquecido a sus expensas”. Claro, esto lleva a una amplia discusión, pero no es mi propósito, por lo menos en esta ocasión contribuir a ella. La nueva política, aparentemente aislacionista, parece más bien la del “matón de escuela” que le quiere robar las “medias nueves” a los otros compañeros de escuela. La verdad, es que de un lado lo que ha ocurrido es la aplicación de la más clara lógica capitalista, la re-localización de industrias, especialmente en México y China, en búsqueda de mano de obra barata. Y de otro, un fuerte consumismo norteamericano que demanda muchos productos foráneos. La guerra económica emprendida por Trump, pretende ser una respuesta programática a sus votantes, de devolverles oportunidades de empleo y por ello también la despiadada política anti-migrante, que recuerda las oscuras horas del nazismo persiguiendo a judíos, gitanos y comunistas y a los “no arios”. Esa pateada del tablero todavía no se sabe si fue un berrinche o una política de largo alcance. Hay discrepancias interpretativas y desconcierto en los antiguos aliados por el maltrato recibido. Algo así y quizás exagero o acierto: “así paga el diablo a quien bien le sirve”.
Lo que procede, mientras se despeja la polvareda, es observar con tranquilidad el panorama y no responder con amenazas, ni “irse para otro lado”, pero si pensar en la política desperdiciada y nunca lograda del “réspice simile” (mirar a los semejantes). Esa Integración Latinoamericana que nunca ha funcionado bien, más allá de los discursos ardorosos que la proclaman. Desde el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, convocado por Simón Bolívar, los esfuerzos han sido poco fructíferos, por ejemplo, la triste suerte del Pacto Andino (Venezuela, Colombia, Ecuador Perú, Bolivia y Chile). Hay que intentar superar las divergencias ideológicas y a pesar de ellas e intentar esa unidad latinoamericana, teniendo el idioma común y otro muy parecido, el portugués, hacer acuerdos económicos, arancelarios y proyectos de infraestructura comunes, que ofrezcan ventajas comparativas. ¿Será que sí?
2.En nuestro país la situación está convulsa también. Preocupa la “deriva chavista” que parece tomar el gobierno del presidente Petro. Algunos señalan que es para ocultar o disculpar su fracaso de gobierno. Han pasado por el gabinete dicen que 55 ministros, un record que impide una tarea seria de gobierno continuada. Talvez una izquierda que no se preparó para gobernar y ningún ministro parece ser satisfactorio para el Presidente. Unos dicen que ninguno sirve o da la talla debido al megalómano comportamiento del Presidente, que cree saber de todo, aunque lo sepa mal o es que realmente la provisión de cargos de alta responsabilidad sale de la cantera activista y algunos deslumbrados por el oro, caen en la tentación de meter la mano y otros la pata. Las pretendidas reformas quizás salvo la pensional, que es un intento de resolver el problema pensional del próximo futuro, son viejas fórmulas del sindicalismo que no consultan la realidad del país y al menos se queda corta en resolver problemas estructurales de empleo decente o digno. La de salud insiste en revivir el pasado de la salud oficialista o estatizada no entendiendo bien el tema del aseguramiento y parece regresarnos a épocas pretéritas, despreciando el esfuerzo social. Una de las expresiones que compró el Presidente fue la de estigmatizar a los aseguradores porque dizque no les interesaba la prevención en salud, cuando la lógica elemental indica que sería lo que más les interesa para disminuir siniestros.
Buena parte de la población siente que no vamos por buen camino y mientras unos presienten la deriva chavista, otros piensan seriamente en emigrar, como si ya no expulsáramos suficiente gente, que decide buscar otros horizontes, inclusive gente calificada. Si bien, hay algunas pequeñas cifras positivas de crecimiento económico apenas estaríamos recuperando lo que se ha ido perdiendo.
En educación no hemos avanzado mucho. Se prometió avanzar en 500.000 cupos nuevos en cobertura en educación universitaria o terciaria, pero hasta el momento se han informado 94.000 cupos nuevos, o sea el 18,8% de avance. Quizás un error, llamémoslo de origen “ideológico”, es asumir que sólo la educación pública es la exclusiva salida para los asuntos de cobertura universitaria, cuando la concurrencia de la educación pública y privada es necesaria para resolver el problema de tal cobertura.
Un asunto quizás no tan relevante en términos de “popularidad” es el manejo de los asuntos de Ciencia y Tecnología. Disponemos de un Ministerio de Ciencia anodino, desfinanciado, con un bajo presupuesto, el más bajo de los últimos años. Increíble que la Ciencia ocupe el último lugar de las preocupaciones de un gobierno que se proclama progresista. El presupuesto, algunos han dicho es el “verdadero plan de desarrollo” que expresa la voluntad política del quehacer gubernamental.
Todos los años se ha reducido en este Gobierno el presupuesto de Ciencia y Tecnología. En 2024 se redujo un 17% con respecto al año anterior. En 2025 se redujo el 32.8% respecto a 2024, que a su vez ya se había reducido como lo registramos precedentemente y para 2026 el proyecto de presupuesto para este año venidero la reducción es del 54.7%. En resumen, lo único constante es la reducción presupuestal. La inversión en investigación científica y tecnológica ha sido baja en Colombia con un promedio anual del 0.22% entre 2000 y 2020, una de las más bajas del promedio de América Latina (0.65%) y de los países de la OCDE (2,39%), de la cual Colombia es miembro. Este triste desprecio a la ciencia ya se fue así, o quizás las prioridades fueron otras, pero un gobierno que se proclama progresista o de avanzada como puede reducir a tan mínima expresión la importancia de la Ciencia y la Tecnología para el desarrollo justo, equilibrado y equitativo. Esto tiene incidencia negativa no sólo en la necesidad de progresar en el conocimiento propio, sino en la capacidad de crear y disponer de patentes y en retener talentos científicos. Malo para nuestra misma sociedad. -