NIÑAS Y NIÑOS: PRIORIDAD Y PRIMACÍA.
” La infancia es la etapa más importante de la vida. Lo que se siembre en ella se cosecha en la adultez”. (Jean Piaget. Biólogo y psicólogo suizo. 1896-1980). “Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy'”. (Gabriela Mistral. Poeta chilena.1889-1957).
Por: Víctor Reyes Morris. Sociólogo, doctor en Sociología Jurídica. Ex concejal de Bogotá, Exrepresentante a la Cámara Ex Director de ICETEX. Profesor (Pensionado) Universidad Nacional de Colombia.
11/28/20254 min read
NIÑAS Y NIÑOS: PRIORIDAD Y PRIMACÍA.
Por: Víctor Reyes Morris.
Sociólogo, doctor en Sociología Jurídica.
Ex concejal de Bogotá, Exrepresentante a la Cámara
Ex Director de ICETEX.
Profesor (Pensionado) Universidad Nacional de Colombia.
” La infancia es la etapa más importante de la vida. Lo que se siembre en ella se cosecha en la adultez”. (Jean Piaget. Biólogo y psicólogo suizo. 1896-1980).
“Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy'”. (Gabriela Mistral. Poeta chilena.1889-1957).
Nuestro país está viviendo una transición demográfica acelerada. Es decir, más rápida de lo que estudiosos del tema previeron hace algunos años. Esto significa que nuestra población está envejeciendo, en términos de composición, tenemos más personas mayores y menos población menor. Hay cosas muy positivas como una mayor expectativa de vida, vivimos en promedio 76.6 años. Cada vez vamos a tener una población mayor, lo que plantea muchos retos. Este asunto lo ha vivido Europa y otros países, de los que se califican “desarrollados” o de capitalismo avanzado. Han necesitado por ello de la migración, como mano de obra, sin embargo, viven la contradicción de necesitar y de repeler a los migrantes.
Hoy en día los niños y niñas y los adolescentes representan un 30% de la población total del país. La tendencia es que esa proporción disminuya aceleradamente. Para 2050 el 25 % de la población tendrá más de 60 años. Lo que implica afectación de los sistemas pensionales, de salud y cuidado asistencial. Por ejemplo, el sistema de prima media en pensiones colapsaría, porque serían más los pensionados que los aportantes y la posibilidad de la pensión dependería de la capacidad de ahorro de cada quien. Implicaría también elevar la edad de pensión, lo que no ha sido de muy buen recibo.
Pero el tema no es ese, aun cuando es un tema gordo de análisis. Quiero referirme a la mayor importancia que adquieren las nuevas generaciones para nuestra sociedad. Si bien la Constitución que nos rige, declara preponderante los derechos de los niños y le asigna la tarea de provisión a las familias, la sociedad y el Estado.
Las niñas y los niños, de 0 a 12 años, se vuelven más importantes y de especial cuidado. Si antes podríamos decir, un poco cínicamente, que nos “sobraban” niños, ahora de lo que hay que preocuparse es que nos van a hacer falta. Tenemos un código de infancia (ley 1098 de 2006), que cubre a los infantes o niñez, de 0 a 12 años y de adolescencia, de 13 a 18 años; que tiene un enfoque proteccionista y orientado a resolver los abusos contra esos “locos bajitos” como los llamaba Joan Manuel Serrat, con cariño.
Lo que procede es la necesidad de una política de Estado no solo proteccionista de esta vulnerable población sino con un enfoque de desarrollo de potencialidades. Ya que no siendo tantos podemos prepararlos mejor para su vida autónoma y para ser una mejor sociedad. Las familias y el sistema educativo deben a su vez ser sujetos de preparación para este nuevo enfoque.
Todavía no es claro como tener una definición de Política de Estado. Esta se refiere a un conjunto de principios y acciones que transcienden los gobiernos de turno. No tenemos un mecanismo normativo que permita trascender un período gubernamental, una ley sería muy inflexible, el Plan de Desarrollo, tiene una vigencia del mismo período presidencial. Una Política de Estado, requiere desde luego de un gran consenso político y desde luego, un acuerdo social que seguramente adquirirá reajustes futuros pero que, implica un compromiso permanente a largo plazo. Los documentos CONPES, son las formas de definir políticas en el marco de un Plan de Desarrollo o sea dentro de un período presidencial de 4 años. Una Política de Estado, transcendería ese período y ese mecanismo. Tiene sentido desarrollar política a largo plazo cuando tienen que ver con las grandes líneas de desarrollo de nuestra sociedad, como lo son la respuesta a los retos demográficos, especialmente cuando estos se aceleran.
Este acelerado cambio demográfico también tiene profundas raíces culturales. La llamada tasa de reemplazo o sea la tasa de fecundidad de reemplazo, se define como el nivel de natalidad necesario para que una población se mantenga constante a través del tiempo. Se ha fijado por los estudiosos del tema que la tasa de reemplazo es de 2,1 hijos por mujer. En Colombia está entre 1.6 y 1.1 hijos por mujer, un cambio muy rápido y profundo por lo sostenido. La incorporación de la mujer al mercado laboral, la redefinición de su rol social y otras circunstancias han cambiado aceleradamente estas cifras, más rápidas que en otros países. Pero es una nueva realidad, que como sociedad debemos resolver y no creo que volviendo atrás. Hay países que han estimulado económicamente la fertilidad femenina en el número de hijos, pero es costoso y no creo que las mujeres quieran perder lo ganado.
El cambio cultural y demográfico es tan dramático que coloquemos dos cifras que no tienen en sí que ver, pero algo dicen. En Bogotá, por ejemplo, la ciudad más poblada del país, con el 16% de la población del país, tenemos entre 0 y 17 años 1.7 millones de personas. A su vez hay 3.0 millones de mascotas. Las mascotas duplican a los niños, ¿será que las mascotas han reemplazado el deseo de tener hijos? ¿Esta será, entonces, una nueva realidad que acompaña, los cambios de roles de la mujer y el comportamiento de las parejas?
Paradójicamente, debemos decir que, ha llegado el tiempo de los niños para darles de verdad la prioridad y la primacía que deben tener en todos los aspectos. Son nuestro futuro próximo como sociedad. -


